Con tanto decir no y adònde
con tanta esperanza y tanto eco de la enorme nada
con la esperanza que comienza a oxidarse
y tanto recoveco apenas iluminado en eso que llaman alma...
con tan nutrida sustancia del no saber què soy
con las preguntas en forma de canciones agridulces
y el abundante argumento de los cuerdos
con todo sin embargo no ceso de buscar
esa miguita dorada perdida en los años de cuando tenìa abuela
ese destello casi imposible, esa dicha
ese lapso ìnfimo
que cuando llega me exprime la belleza que mendigo por
las horas y los
caminos
Felicidad le dicen...
(Sentir suscitado sobre la marcha en el Fabiàn, por los versos que mandaste Lucrecia. Gracias por comunicarte. FJ)
miércoles, 24 de mayo de 2006
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