me recuerda el evangelio
por eso de
"si no os hacéis como niños..."
/y no solo por su tamaño/
yo sé
que el mundo cruel por el que caminamos
no se da abasto para la ternura
y tiene miedo
de llegar tarde
a cualquier parte
pero él trabaja
/entre otros mil oficios/
como ángel de la guarda
de dos pequeños rubios
y de ojazos azules
de repente aparece
alegre
luchador sin cuartel
de todas las batallas de la supervivencia
el washo
canta a veces como una catedral
en medio del silencio
o nos despierta versos ya olvidados
como los sustos o las madrugadas
suele llegar
hay días que temeroso
y en otros atrevido
sin aspavientos
poses de "yo soy..."
y sin formalidades de cartón
apenas
un amigo
/de esos que nunca dejan la memoria/
que tú
que yo
y que todos
quisiéramos tener
alguna vez
L. M.
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