A través del cristal imaginario
de estos días oscuros observo el persistente girar
de ruedas nerviosas,
sombras de gente que camina
accidentalmente
casi sin saber a donde.
Imágenes vacías
que no encajan
con el color de mi capa,
mi sombrero
que ocultan mi gesto vergonzoso.
A través del laberinto imposible
de mi mente
corro desesperado
irremediablemente perdido
de un muro a otro
de un túnel a otro,
atormentado por habitar esta ciudad,
preguntándome, obsesivo
si algún día ella, sin caer en cuenta
podría matarme
o hacerme desaparecer
en sus inocentes telones. Y yo, aquí,
casi inhumano,
alienígena y licántropo
yo, sediento de vida y almas
en medio del naufragio matutino
yo, vampiro,
en Quito...
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2 comentarios:
yo vampiresa, como tú vampiro, sedienta de almas negras entregadas al instante.
Es mi fin, mi ciclo infernal, que se habrá cerrado por mi encuentro contigo, en el lecho de mi cama abismal.
la ciudad también me engulle
cuando pretendo atravesarla en la oscuridad
buscando pistas
nombres
fechas
años en los que pude ser feliz
con solo despojarme de mis miedos
buscando te
me
nos
o solamente pretendiendo ser
algo más allá de la sombra
más acá de lo que nunca se puede decir
escapando del mordisco de los inmortales
para llegar
finalmente
a florecer tan solo por un día
y que ya nada importe
ni lastime
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