LOCOMOTROVA nació como un colectivo de canción de autor o canción poética, en 2002. Pronto sumó a sus voces fundadoras otras, desde diferentes expresiones artísticas. Ha montado acciones de arte en varios escenarios del Ecuador, recitales de canción, de poesía y experimentos poético-musicales. Sus miembros han dado a luz libros, discos y otros productos como registros de sus respectivos proyectos y del grupo.

viernes, 15 de junio de 2007

Mudanza



5 de abril del 2007

Hoy decidí mudarme
y conmigo se mudarán otros,
como los sumideros de silencios
y los tráfagos y mi víscera
más diminuta y virginal.


Se mudarán las marcas de mis dedos,
los cilios de mis miedos,
la lámpara del primer desliz,
el año pasado,
el beso muerto en un instante;
el veneno del proceso se mudará de espacio,
se secará en la copa de esta torre erguida sobre las ruinas de mi exilio,
se arrugará y florecerá dos hálitos violáceos disparados hacia toda la tierra.

Me despellejaré
del tiempo al viento
sin prisa de ver ni de ir
sino de empacarme, desempolvarme,
arruinarme la seguridad de mis pasos y la de mis tartamudos sueños,
dar una manita de gato a la luz de las mañanas
y recoger los restos de uñas de las paredes,
de las almohadas,
recoger cada vestigio de sombras madrugadoras
y todos los nombres, todas las sales,
los gemidos y el arroz con pintas verdes;
envolver en papel de plumas los telones
de bolsillo roto para husmear en el olimpo,
apilar el verbo y refundirlo en un aguacero sordo,
amasar la piel hasta el desvanecimiento.

Hay tantas cajas de cartón en las esquinas,
llenas de horizontes quebradizos,
llenas de voces amigas y otras canciones
que caben en mi solsticio eterno
de gritos para ser hilvanados,
de tuertos crímenes perfectos de criminales australes,
míos, nuestros, vuestros;
cajas de cáscaras también,
cáscaras de humo degollado en el lavabo,
duendes cantantes habitantes del número siete,
hambrientos, peregrinos amantes de todo vértigo,
míos y solamente míos como si de criaturas dijera su génesis
y me los comiera con ansias famélicas hasta el letargo,
hasta encarnar en sus espíritus y verlos volar
metidos en esas cajas vacías,
en mis células perfumadas con el aroma de sus miramientos
hasta vestirme de sus pieles y desescamarme de mendicidades minusválidas
que ya no peinan las olas ni rezan la espuma que me hizo fuerte.

Seres míos que dejaron sus lágrimas en dibujos sobre esta jaula,
que se quitaron las togas que caían del sol
y anochecieron y atardecieron y amanecieron así de desnudos,
con la hoja de parra del poema,
con la visita de los clavos en el pecho
y un trago de uva para asentar arenas,
para sedarnos como parte de la terapia grupal,
para pintarnos las bocas de palabras,
de cama, sí. De canas.

Mudarme porque he visto harapienta una huella mía
al subirme al muslo bohemio de cada buenos días;
mudarme por el hastío de respirar igual,
de aspirar por los poros del vacío,
de amagar un vórtice agazapado
en crisálidas perpetuas,
en el debajo que no tiene mi lecho.

Mudarme por vicio,
mudarme con las manos en alto,
con las alas lésbicas y con espanto,
de la mano de todos y ensartando adioses,
siempre adioses, siempre comienzos y horquillas
donde quemar monigotes y jubilar guitarras de combate;
mudarme de sangre, que es lo que importa
(de vez en cuando),
cuando hay hacia el centro un horno
donde el hollín se vuelve esfera anaranjada,
donde incineran a los anillos de la vida
y así van junto a los surcos,
labrando el espiral,
colmándolo de aguas herbales,
de juncos y flores con ínfulas de jazz.

Degüello múltiple es esta mudanza,
la decapitación de los recuerdos a pesar de la coraza,
del verdugo de la higuera
o del semillero de versos,
de hermanos, de camaradas,
mariposas de menos de un día.

He decidido esta mudanza
y conmigo se mudarán otros,
aprendices de andarse en andrajos,
los que acaso han vuelto al parnaso,
quienes tuvieron sexo con el ombligo de la creación,
los parapetos del mundo,
devotos al uno de la verdad,
al uno del origen.

Los unos, los otros,
nosotros, los yoes...

Mis bosques se mudarán
a un pedazo de capullo,
a uno de sus hilos amarillos,
allá donde todos
tejemos nueva casa.
(dcb)

4 comentarios:

Lucre dijo...

Dieguito:
Qué bien, qué lindo escribes. Tus palabras tienen esa virtud de decir las cosas que todos sentimos, pero pocos pueden expresar con tanta exactitud, gracia y soltura.
Un beso,
Lucre

Gio Valdivieso Latorre dijo...

Me uno a la felicitaciones de su amiga.. Es necesario cada vez mas seres como tu que nos permitan ver el mundo con los ojos de la poesia.. y menos que se queden en el oir y decidan iniciar ese maravilloso proceso de VIVIR al mundo y COMERSELO A BOCANADAS...

Una vez mas.. Se te admira!!!
la negrita...

Gio Valdivieso Latorre dijo...

Un silencio de protesta y de luto por el mensaje que jamás se publicó... mmmmmmmmmmm....

Anónimo dijo...

eres innegablemente poeta. gracias por tanto, diego.